GRANADILLO, Carolina
Perspectivas. Revista de Historia, Geografía, Arte y Cultura de la UNERMB
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bilitamiento de la institución emblemática, es este caso el caudillo
de turno, Parmenión Manuel quien previamente había traicionado
a su mentor político y compadre, Hermenegildo Guaviare. Lo si-
gue a través de un personaje clave, el Doctor Marcos Roger. Realiza
inventario de sus puntos débiles, lo cartografía, se le acerca, juega
su juego, neutraliza a sus allegados mediante el rastreo de informa-
ción que le compromete y mediante amenaza de delación pública lo
soborna, lo va dejando sólo, se le acerca, invierte tiempo y energía
en conocerlo desde dentro, lo coloniza y por n, cuando la pistola
carece de la fuerza y el tino del brazo que la acciona, entra en juego
el despliegue del momento B.
• Cuando ya el poder institucional está debilitado y lo sucientemen-
te colonizado, cuando ya Parmenión Manuel y Hermenegildo Gua-
viare son dos caudillo desdibujados, meras “casas de papel”, el Dr.
Roger se desdibuja también de la escena, se convierte en mero espec-
tador y entran en acción los nuevos actores que habrán de ocupar la
representación de la institucionalidad, en el caso del Forastero, son
los estudiantes, clara alusión a la muy conocida generación del 28.
• La mujer, representada en la novela por Filomena Rompecabezas
es la emergencia de un actor de segunda que sin llegar a calzar los
puntos como actora política, actúa como escudo de protección que
se interpone entre las fuerzas en conicto, en su debilidad femenina
se anca la fuerza de su papel. Grita, ofende, pone en evidencia la
falta de caballerosidad del caudillo, mina sus reductos de respeto y
lo presenta a los ojos de sus subalternos como un patán.
Y luego, en vez de meterse en su casa, desde cuya ventana la
llamaba la madre, se encaminó resueltamente hacia la de go-
bierno, sacudiéndole el paso enérgico la rubia melena alboro-
tada.
Entró sin hacer caso de la guardia allí montada por los malen-
carados espalderos, subió precipitadamente la escalera y empu-
jando a un lado al portero, quien quiso cerrarle el paso al des-
pacho de Parmenión, allí se metió y plantándosele por delante:
- Muy bien generalote! - le dijo - Es usted muy guapo, muy va-