no pudo aportar cuestiones concretas a la realidad latinoamericana? Por supuesto que no, los
revolucionarios estaban haciendo la revolución, transformando un país semifeudal en la segunda potencia
mundial, del arado al espacio en 30 años, estaban ocupados en otros asuntos. Ante dicha situación,
Mariátegui asumió su responsabilidad como comunista de aportar a su revolución nacional.
José Carlos Mariátegui teoriza desde sus conocimientos que se construyen en su era: la línea del
marxismo-leninismo que estaba transitando de la teorización sobre la revolución a la teorización sobre
la construcción del socialismo en un país semi atrasado y su lucha contra la 2da Internacional y los
cimientos de la 4ta Internacional. También en plena crisis del positivismo y la modernidad occidental.
Una época de auge de las filosofías vitalistas que terminan alimentando el fascismo, años donde también
confluyen corrientes artísticas como el surrealismo, que adquiere una titularidad en Amauta. Sobre esto
último, es muy importante destacar El alma matinal de Mariátegui, donde la crítica al occidente
decadente se hace más que evidente. En esta obra el pensador peruano aborda el mito, el cual entiende
como conjunto de representaciones del campo imaginario del sujeto colectivo, el cual siempre tiene como
finalidad reflejar la voluntad social nacional-popular. Mariátegui es consciente de las formas que puede
adquirir el mito en distintas circunstancias, comprende que a veces puede ser reproductivo del actual
estado de cosas y que, en otras circunstancias, ponerlo en jaque y ser uno de los motores de cambio.
Entonces, uno de los grandes aportes innovadores de Mariátegui, haciendo uso, por supuesto, de su
afiliación teórica marxista, es atender la realidad espiritual del pueblo peruano.
Las condiciones subjetivas para Mariátegui toman una relevancia total a la hora de abordar sus
análisis críticos. En el caso de la crisis de occidente en los 20, un hecho objetivo y material, Mariátegui
se centrará en la subjetividad de un pueblo inserto en un Estado burgués que se quedó sin mito. Ante
dicha disyuntiva, la clase trabajadora tenía que imponer su mito, el cual era reflejo del socialismo, era
respuesta a todas sus penurias y anhelos. En relación con esto, Mariátegui considera que el socialismo
soviético crea condiciones favorables para la reproducción del mito de la clase trabajadora en los países
donde se imponía el capitalismo. Aquí expone la dialéctica entre el alma desencantada (en el capitalismo)
y el alma encantada (en el socialismo). En última instancia, la propuesta de Mariátegui es la refundación
del mito, de la fe, y su incidencia en la intersubjetividad de las clases revolucionarias. Esto es
principalmente un combate contra las ideas socialdemócratas que intentaban reproducir el mito de
progreso, hacer que las masas “esperen” un mejor vivir, que voten, que trabajen y reformen el Estado